Las tradiciones son rituales que con el paso del tiempo han ido desapareciendo. Marcaron y en ocasiones todavia marcan la organización relacional y el ser de un pueblo. Posiblemente sólo los más entrados en años mantienen su recuerdo.
AGUA
El agua hoy la tenemos todos en casa. No siempre fue así. No hace muchos años el agua potable había que ir a buscarla a «la fuente», a «los pozos». Para los jóvenes del pueblo ir a buscar agua era uno de los mejores momentos del día. Era el momento de encontrarse con sus compañeros/as, los chicos con las chicas etc. ¡Cuántas aventuras, amores, juegos i emociones al lado de la fuente! «Voy a buscar agua» era una expresión que conllevaba mucho más que agua. Y, ¡Cuàntos no cayeron en la fuente!. Después aparecieron «las otras fuentes». Ya no había que desplazarse tanto. Se perdió el contacto, la magia de la fuente, también cierta relación entre los jóvenes.
El agua en Pozuelo siempre ha sido un deseo. Un deseo ligado al bienestar. !Cuántas conversaciones relacionadas con el agua¡ ¡Cuántas noches sin dormir «esperando el agua»!. Si hubieramos tenido agua…
CAMPANAS
Están tocando a misa». «Están tocando a concejo». «Tocan a fuego». «¿Quién se habrá muerto?». «Este si que repica bien». Las campanas en Pozuelo han sido como las «notícias de última hora». El tintineo diferenciado de su sonido era suficiente para saber el acontecimiento que tenía lugar. Son campanas de fundición, de sonido fuerte, una aguda y la otra grave. ¿Quién no lleva consigo el sonido de las campanas? Hoy todavía se utilizan, pero falta «quien las haga cantar y bailar». De tanto en tanto, sobre todo en verano, se oye un sonido que se pierde en la lejanía. Alguien ha tirado una piedra a las campanas que nos recuerdan que todavía existen.
BODEGAS
Picudo, verdejo,valenciana, tempranillo…, todavía hoy se recoge uva. Poca, pero se recoge. Y buen vino que hacen estas uvas. Mejor, los que las manejan. «¿Cómo te ha quedado el vino este año?» «Ven echa un trago y pruébalo a ver que te parece». «Coño…este año si que te ha quedado bueno, ¿què le pusiste algo?» La bodega además de trabajo era, y es símbolo de diversión, de reunión familiar. De pasar un buen rato con los amigos, de casa y de fuera. ¡Cuántas cenas, meriendas, desayunos…, melopeas, en la bodega. Y cada uno la suya. Que el vino es como el sello propio de la casa, de la personalidad.
Hoy, los temporales, abandonos y falta de uva, han podido con muchas bodegas. Barro y tierra con agua y abandono se deshace.Pero quedan otras muchas rejuvenecidas, mejoradas, modernizadas. Ya no hay que salirse por el humo de los troncos, mientras se cuece, se asa la carne o el pescado. Ya no se tapan los ventanos para los que estan dentron se ahumeen. Las manos han sido cambiadas por finos cubiertos, el vaso único para todos, por individuales de barro o plástico. Y la lumbre debajo del ventano, alimentada por troncos o vides recogidas a última hora…
Pero la bodega sigue siendo la bodega…
QUINTOS
En el año 2002 ya no hay que ir a la mili. Pero la mili ha sido uno de los motivos para que los mozos del pueblo hicieran fiesta y salieran a conocer otras tierras. Las historias de la mili y de los quintos. Cantando calle arriba, calle abajo. Corriendo detrás de la cabra o de la oveja, que después se comía en las bodegas. Los escritos en el trinquete, «los quintos del….» Y es que los mozos del mismo año se tenían que ir a la mili. Con el tiempo y la falta de mozos la tradición se fue perdiendo…Tanto que nos hemos quedado sin mozos y sin mili. Pero más de uno recuerda todavía sus aventuras de quinto y de la mili.
PROCESIONES
La vivencia religiosa en el pueblo ha sido una cosa natural. Mayoritariamente era vivenciada sin preguntarse mucho por su transfondo. Es domingo, hay que ir a misa. Hay una misa por…. hay que ir. Fiesta sin misa no es fiesta. «El dia que nos quiten la misa de los domingos, se acabó la fiesta y la relación entre la gente, se oye decir a los mayores».
Una de las cosas que se descubre en el pueblo es que la vivencia religiosa cristiana además de ser personal no se puede desligar de la comunidad. Forman un todo. Los que viven en ciudad y son cristianos les cuesta más relacionar que la fe exige comunidad. En el pueblo eso se daba, puede que hoy no tanto, de forma natural. La fenomenologia de las religiones tendría mucho que decir…
¿Procesiones? ¿Qué procesiones?
1.- San Isidro. Como patrón de los agricultores se le sacaba a bendecir los campos. Desde la Iglesia hasta un campo cercano se hacia la procesión. El pueblo delante, detrás el santo. Cantos y agua bendita para pedir una buena cosecha.
2.- San Gregorio.
3.- San Pelayo. En la festividad del patrón mayor, se hacia una procesión que recorria medio pueblo hasta volver a la Iglesia.Cosa curiosa es que no se saca al santo en procesión, sino otras imágenes. Las calles engalanadas con ramos de árboles, flores y mantones que colgaban de las ventana daban ambiente de fiesta, y la bienvenida a todos los que en ella participaban.
4.- El Corpus. La festividad del Cuerpo y la Sangre de Cristo era celebrada con una procesión.El año que había primeras comuniones, los niños y niñas iban en medio de la procesión rociando con pétalos de rosa el paso del santísimo y de la gente.
SANTOS SPECIALES
SAN GREGORIO Y SAN ISIDRO
Como pueblo agrícola han sido dos de las fiestas más celebradas. El día de San Gregorio se salía y se sale en procesión con el santo desde la iglesia hacia los campos cercanos, y una vez llegado al lugar, el sacerdote hace la bendición, pidiendo al santo protección y buena cosecha para el campo de Pozuelo.
Antiguamente, durante la tarde, el alcalde invitaba a todos a pan, vino y escabeche en la bodega y las eras. Las viudas participaban pero tenían que recogerlo y celebrarlo en casa.
El día de San Isidro se saca el santo en procesión desde la iglesia hasta un campo cercano. Durante la procesión se va cantando y rezando mientras las campanas “tocaban” a fiesta. Llegados al campo escogido se hacía la bendición y las oraciones al santo pidiéndole que los campos fueran generosos.
El trabajo duro y constante de cada día en el campo, junto con la fe en la ayuda de los que están junto a Dios y han sido como “nosotros”, ayudaban y ayudan a que el sudor por el fruto de la tierra que da la vida sea más llevadero. “A Dios rogando y con el mazo dando”.
VENDIMIA
La época de la vendimia siempre ha sido una fiesta. Las familias amigas se ayudaban unas a otras y suponia todo un ritual. Preparar comida para todos, en ocasiones se comía en medio de las viñas.Grupos numerosos trabajando, con el jolgorio que eso supone. Distribución de faenas, los hombres cargaban con las talegas y los cestos, las mujeres y niños se dedicaban a cortar….Al anochecer, descarga en la bodega, pisa que te pisa la uva. Era una o dos semanas muy atareadas pero que se disfrutaba del trabajo. Hoy vamos para ti, mañana iremos a las nuestras. Era época de solidaridad trabajadora.
Y después las visitas a la bodega. Que si sacar el vino, que si atestar los cubetos, que si hierve ya…todo un ritual para celebrar al final con la frase, ¿Cómo va el vino? ¿Cómo te ha quedado? Vamos a merendar a la bodega que este año tengo un vino…
MATANZA
Si es diciembre que los cerdos se preparen. Por las fechas de navidad, cuando el frío más arrecia, familia si y otra también se preparaba para la matanza.El cerdo es un animal especial, del cual se dice que aprovecha todo y todo se aprovecha de él. No tiene desperdicio. A lo largo del año se iba alimentando uno, dos, tres, incluso hasta cuatro cerdos. Dependia del número de miembros de la familia y de si se quería vender alguno. Pero durante muchos años la matanza fue la despensa del resto del año. Y una fiesta.
La matanza, era toda una fiesta familiar que todo el mundo recuerda con ilusión: al amanecer se juntaban en casa cuatro o cinco hombres, apenas sin lavarse pero con ganas de entrar en la cocina, calentarse un poquito y tomar una copita de aguardiente. Animados y despiertos ya, iban por el cerdo. Lo sacaban de la cuadra, lo tumbaban en una banco expresamente preparada para ello -ya se decía la banco de matar el cerdo- y entonces el matador – le clavaba el gancho en forma de S por el maxilar inferior de la boca y sujetaba el otro extremo del gancho curvado en la pierna derecha con firmeza. Cogía la oreja del cerdo con la mano izquierda y con la derecha le clavaba el cuchillo en el cuello. Le cortaba la yugular -supongo- y el cerdo sangraba a chorro.
Una mujer recogía la sangre en un balde, removiéndola continuamente para que no se coagulara. Los demás sujetaban bien las patas traseras sobre todo, que es donde el cerdo hace más fuerza y es más peligroso.
Con unos gruñidos que se oían por todo el pueblo, moría al cabo de 5 ó 10 minutos. A estas alturas, los hombres se erguían de pie, haciendo ademán de tener dolor de riñones, se pasaban la mano para recoger el sudor de la frente y comentaban la acción. Siempre decían que el cerdo había sido valiente y, ponderando al cerdo, se alababan ellos mismos.
Repuestos con un trago de vino , llevaban el cerdo a la calle para chamuscarle con helechos y pajas de centeno. Lo primero que se le arrancaba eran las pezuñas, estando bien calientes, con la mano, a veces repitiendo el retortijón porque quemaban. Después le colgaban, le abrían en canal y le descuartizaban.
En muchas ocasiones, mientras esta faena se realizaba de fondo se escucha a los niños de san Ildefonso, cantar números. Si nos toca la loteria, verás la matanza del año que viene. Siempre con la ilusión mientras se trabaja, que es lo más efectivo.
Lo primero que se probaba era el rabo que se repartía en diez o doce trocitos. Después la «vejiga» era entregada a los chavales para que la hincharan y hacían servir de balón. Las mujeres y los hombres cogían las tripas e iban a limpiarlas a los pozos o al reguero.
El dia del despiece se ponia el tocino en salmuera, y las costillas en aceite, los lomos se colgaban y se picaba la carne para los chorizos, que bien amasados y después de todo un personal proceso de cuidado se embutían. Se colgaban y se les poniea fuego para que se ahumasen y curasen.
La cosa durana días y todo era alegría. Se convidaba a algún vecino y a algún pariente. Las mujeres, arremangadas, se encontraban en su salsa. Tenían faena y comentario para meses.
AGUINALDO
En los días de navidad, además del encanto de las fiestas. Los más pequeños siempre esperaban el aguinaldo. Principalmente de familiares o vecinos. Se hacía el recorrido picando a las puertas y esperando a que saliese el dueño de la casa con galletas, caramelos u otras golosinas. Y cuando esto no sucedía, más de una trastada se hacía.
CORRILLOS
Es de las imagenes bucólicas que hoy vemos en fotografías del pasado.Pero que también se puede ver y participar en nuestros días. En los dias de verano, y principalmente de fiesta era normal salir a la puerta de la calle y reunirse los vecinos para comentar las noticias o jugar a la brisca. Mientras esto pasaba los mozos hacían sus propios corrillos y comentarios, historias diferentes.
Todos los sucesos de las familias del pueblo pasaban de boca en boca. No se necesitaba ni radio ni televisión. Sabes lo qu le ha pasado ha…Y la comunicación y relación se hacía más fuerte en la calle, en el barrio. Y también las rencillas. Que el corrillo da para mucho.
JUEGOS
Antes que llegase el fútbol, la televisión, el radiocassette portátile, el CD…en Pozuelo había unos juegos propios: al frontón en el trinquete, el escondite por todo el pueblo, las tabas, la brisca, la patada al bote, a la una salta la mula (al burro), a saltar la comba o la soga, al marro, al corro la patata, a las siete y media con pesetas y en el suelo, a la teja, a las chapas, al pulso, a poderse, a tirarse piedras, a pillarse, al pañuelo, a la zapatilla por detrás, a saltar la goma, a comer terreno,a cazar pájaros,a botar la pelota, a tapar la calle…seguro que hay más.
¿Quién no ha jugado a esto en el pueblo?
ENTIERROS
COSTUMBRES MORTUORIAS
La ubicación del cementerio ha cambiado con el tiempo. Antiguamente estaba situado enfrente de la entrada de la iglesia actual. Ocupaba todo el espacio frontal del lateral de la puerta de la iglesia. A principios del S.XX se trasladó al espacio actual.
Una de las costumbres curiosas era, que las mujeres cuando se morían sus maridos o sus hijos, no los podían acompañar al cementerio. En algunos casos se daba la circunstancia de no saber ni donde los enterraban. Se quedaban en casa acompañadas de los familiares. Algunas tardaban años en entrar al cementerio, si es que entraban. El color negro, en señal de duelo, luto y recuerdo era obligado en los vestidos de las mujeres y de las hijas. Éste había de durar como mínimo dos años. La noche anterior al entierro, la de la vela, la mayoría de los vecinos pasaban a “hacer la visita”, rezar el rosario y hacer compañía, en ocasiones durante toda la noche, a la familia del difunto.
El día del entierro, era frecuente, que todos los que participaban fueran convidados a comer, independientemente de las persones que participaran. En ocasiones eran muchos.
El cementerio estaba distribuido en tres partes, una para los adultos y dos para los niños. En ellos se diferenciaban si habían podido ser bautizados o no. Costumbres y creencias.
El féretro era llevado “a hombros” por familiares y amigos desde la iglesia hasta el cementerio. Durante el recorrido las oraciones y cantos del sacerdote eran frecuentes, siempre acompañados por las campanas, que teñían con el tono de difuntos el silencio y el dolor todo el pueblo.
La presencia y compañía de los vecinos hacían y hacen que el dolor compartido sea menos dolor. Se comunicaba y expresaba de forma cercana y visible. Hoy todo empieza a ser diferente.